domingo, 26 de enero de 2014

Una mecedora para leer en las tardes de verano...

Hola,

Aún recuerdo cuando embarazada de 9 meses de mi hijo mayor, y con síndrome nido, se me ocurrió ir a Carrefour a comprar una mecedora para completar la habitación de mi nuevo retoño.

Casi como una poseída, me planté en el supermercado y cargando con una mecedora el día antes de parir, me dispuse a llevarla hasta el coche, ( entre la barriga y la mecedora os imaginar el momento, menos mal que las puertas del parking eran grandes), tenía que terminar los últimos detalles para tan linda espera.

Pensaba llegar a casa y pintarla, lo tenía todo estudiado, pero para mi sorpresa, no sé si por el peso de la mecedora, o porque ya tocaba, me puse de parto esa misma noche, así que la mecedora se quedó sin pintar unos ocho años, hasta que de repente este fin de semana soleado, y después de pasar el duro invierno en el jadín, estaba algo deteriorada y pensé que era el momento de restaurarla.

A esta mecedora le tengo un especial cariño, me sirvió para amamantar y mecer para dormir a mis tres hijos, contarles cuentos y cantarles canciones infantiles cuando lloraban o estaban malitos.

Se merecía cobrar vida y buscar en ella otras utilidades, estoy segura que en el porche con buen tiempo, serviría ahora que mis hijos han crecido, para leer, coser, hacer trapillo, o conversar y tomar un refresco en verano.

Sólo necesitaba conseguir integrarla en la decoración del porche, algo que estaba segura lograría.

Y aquí podéis ver el resultado:







Primero la pinté de gris medio, luego la pinté de blanco y lijé hasta que salió el color gris de debajo en bordes,  para darle un aspecto envejecido, finalmente le día un barniz mate incoloro para protegerla.

Espero os haya gustado.

Hasta pronto!

1 comentario:

  1. Chulisima Nieves, como todo lo que haces y restauras, enhorabuena guapa eres todo arte, bstos.

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